"Tránsito", inicialmente alojada en www.geocities.com/revistatransito, fue publicada en el año 2000. Las labores cotidianas y falta de tiempo, hicieron que el proyecto se detuviese. Sin embargo, debido a la alta acogida que la revista tuvo a nivel internacional se decidió reflotar el sitio web, dándole un matiz más dinámico. Si deseas participar haz clic aquí.

Wednesday, January 04, 2006

[POESÍA] Se perdió entre las notas de una triste melodía

Por El Seis

Estoy esperando una bella
Dama
Que brote de su ser perfecto
Una melodía
Llena de cantos de guitarras
Estridentes
Una lluvia de tambores
Que hagan temblar el cielo
Un sonido lloroso de metal
Que rompa el umbral
De lo posible
Y se convierta en pura
Bruma de sonidos
Y tiempos
Que su cuerpo se contorsione
Presa de algún endemoniado
Requinto
De una cítara increada
Que estuvo almacenada
Dentro del arcón del cosmos
Donde guardó silencio
Eterno
Eterno
Que el sonido perfecto
De una canción
Cualquiera
De un grupo bañado
De metal
Haga bailar el cuerpo
Tapizado de sudor
De la dama vestida
De luna
Y maquillada
De sol
Y que lentamente
Se pierda su contoneo
Entre los brazos inmensos
Del universo
Allá a los lejos
Una voz afónica
Lanza adoloridos aullidos
Llamándome
Buscándome
Entre los riscos de concreto
De una ciudad muerta
Donde todos los hombres
Están degollados
Y las mujeres han sido violadas
Mi búsqueda endemoniada
Esta atrapada
Entre cuatro paredes
De cadáveres jóvenes
Que no dejan mover mi cuerpo
Sobre
Una montaña de huesos
Y una laguna desbordante
De sangre
De peces ebrios de dolor
Que se dejan atrapar
Por el perverso pescador
Mordiendo
El ardiente anzuelo
Para ser llevados
Al sartén de hierro
Para bailar la última danza
Entre los dientes podridos
Del miserable cazador
La mujer que algún día
Esperaba
Reservándole
Los climas de mi cuerpo
Nunca llegó
Se quedó atrapada
Entre las notas violentas
De un violonchelo
Nunca visto
Nunca tocado
Un violín eléctrico
Rojo
Lanza aullidos
Dardos del silencio
Para atrapar los oídos
De los muertos.


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Sunday, August 21, 2005

[POESÍA] AMOR

Amor
Quiero ir contigo, Amor;
desde el sonido del viento;
sobre el fondo de la tierra;
hasta el sentido de la luz

Susanne Fili (EE.UU.)

Nota: Este texto fue escrito en castellano, aunque la lengua materna es el inglés)


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[POESÍA] SU NARIZ Y MENTÓN...

Rossie Stweart (EE.UU.)

Nota: Este texto fue escrito en castellano, aunque la lengua materna es el inglés.


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[POESÍA] ESTA NOCHE DE MELANCOLÍA...

Mariana Vega (Perú)


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[POESÍA] FLOTO EN EL AIRE

Floto en el aire;
los demás, no existen;
sólo yo.
La vida es un sueño
que va a terminar
cuando ya no esté acá.

Belisa Sighuas


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[POESÍA] ¡ME QUIERO IR...!

¡Me quiero ir; me quiero largar!
quiero estar en un sitio que no existe
un sitio soñado
donde sólo estemos yo y él
nadie nos va a ver
solos yo y el
Un sitio soñado… nunca va a existir.

Ainhoa Aramburu


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[POESÍA] ...

Mis manos pasan por tu cuerpo:
tibio, dulce y perfecto como una droga
¿sabes? Todo es una farsa; es que
somos tan vacios…
dueños de la nada,
y todo lo que llegue a pasar
es una… litzada

Jaime de la Cuba


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[POESÍA] EN UNA NOCHE

En una noche, la fragante música dejó
de tranquilizarme en las ácidas noches
asperas en mi cuarto frío con una dolorosa
oscuridad la cual ya no soporto; por ello,
ingerí la agria bebida de la muerte.

Noelia Gatti


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[POESÍA] INMÓVIL

Allá entre las frescas praderas
refrescantes manantial de agua
grises las calles. Color frió.
Marrón; café de los bares;
pasos perdidos en el ruido.
Ruidos, silenciosos pasos.
Entre el gentío
se escapan todas las frases
En esta ciudad, en el cual medio ido
absorto en aquellos gozos
de volver al frío
Recuerdas cómo fue;
cómo llegué y en el silencio canté
al infinito?
Sentir el calor incandescente del más sublime placer;
de ser cuento, se puede ser.
He visto a lo lejos,
en mi ceguera, lúcida ceguera
los más inauditos colores
de las ciudades transparentes
infinitamente lejos,
eternamente muertas.
¡Dónde no hay principio, no hay final!
donde el resplandor abarca todas las dimensiones
todas las alturas y visiones
laberinto infinito de oscuridad y luz.
Gente, en el frenesí y la histeria.
¡No lo soporto!
No hay lugar para mí. Los pies
donde respirar, murmurar, cantar,
fascinarse, pensar, siquiera pensar…
Amar, simplemente amar;
sin querer, sin buscar,
sin correr,
inmóvil.

Daniel Raymond


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[POESÍA] LA LUCHA DEL MAR

La lucha del mar azul no tiene sentido;
sus saladas aguas pelean entre ellas mismas
destilando su único aroma
y respirando el agrio sabor del monóxido de carbono.
Es tan molesto que con sus olas tapa a quien lo desate
devuelve a la tierra marrón, a quien haya estado mucho tiempo.

Silvia González (Perú)


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[POESÍA] ME INTIMIDO

Me intimido.
—Peor excusa—
Eres un niño
—mentimos—
Mierda,
¿Qué hemoshecho?

Soy un hielo
temo…
tengo…
tengo miedo.
¿Te tengo?—Lo dudo—

¡Es muy duro!
—A veces pienso…
en salir volando
… quiero hacerlo,
… volando—
Me derrito en el pensamiento
—vuelo, floto, río, nado—
¡Subset en la mar!
… me gustaría tenerte al lado…
—comer—
… sentir la brisa matutina a tu lado…
un tubo nos envuelve
… nos perdemos…
¿Estamos?No, no lo creo.tengo miedo.
¿Te tengo?—Lo dudo—
Joselyn Cárdenas (Perú)


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[POESÍA] TODO MUNDO

Paula Carrillo (Colombia)


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Friday, May 06, 2005

[ENSAYO] LA MANIPULACIÓN PSICOLÓGICA

Por Jose REPISO MOYANO (Málaga/ESPAÑA)

Antes de la aparición de la escritura el ser humano se expresaba –al igual que cualquier otro animal, pues expresaba vida, su nivel de conciencia de vida- gesticularmente con su cuerpo (1), con unos mínimos símbolos verbales y, además, con unas comunes –o menos comunes frente a los demás- actitudes socializadoras; pero cuando se sirve de la escritura en el milenio IV a. C., entonces, guarda sus expresiones, las exhibe y las recupera mnemotécnicamente de un día para otro. Es decir, cultiva –con un método o a partir de un método, con un sistema- su expresión verbal; es decir, desarrolla su expresión social (2); es decir, se motiva -surge la intención social- al comprobar que trasciende lo que conoce –que ya no es para sí- o que es valorizado más allá de él mismo. La escritura, por eso, supuso el decisivo estímulo intelectivo en su inherente orden social –no individual- porque la evolución aquí comportara una amplitud de conocimientos sobre el medio; conocimientos que “ahora” se complementaban, que se aunaban favoreciendo, sí, una inesquivable capacidad de comunicar expresiones más conscientes: por constituir el conocer en su desarrollo una responsabilidad, pues, sólo a través del conocer más sobre algo se adquiere más responsabilidad, más dependencia cognoscitiva sobre ese algo.


Sin embargo, si el dolor se encuentra apegado –por consecuencia- a lo más elemental que vive –puesto que sólo en cuanto se destruye le afecta-, el ser humano no puede evitarlo en su ya nueva determinación consciente y, por ello, se duele, siente la soledad y la necesidad de contrarrestarla con la búsqueda del principio demiurgo de su existencia; claro: vinculado a un sentido antrópico de ése.
El ser humano, que es el que “se duele”, elige primero el remedio para sí, no precisamente para el Universo debido a que, él, necesita una devoción hacia algo que no sea humano -y sí permanente-, hacia algo que sí importa, hacia algo que identifica… humanamente.

El hecho es que la religión es connatural a la conciencia y los “dioses” habitan en la misma naturaleza que conoce el ser humano y, por ende, ya desde el principio simbolizaban el cielo, el Sol, el mar, el bosque, etc. No obstante, ocurrió algo que transformó la religión, alrededor del año 1000 a. C. nace en la ciudad persa de Backtriana el profeta Zarathustra, quien crea el mazdeísmo introduciendo un Poder Bueno atribuido a Ahura Mazda y un Poder Malo atribuido a Angra Mainyu; asimismo introduce los conceptos religiosos de Creación, de Primera Pareja Humana, de Santísima Trinidad, de Diluvio Universal, de Cielo e Infierno y de Libre Albedrío posteriormente utilizados por las religiones monoteístas: por el judaísmo, por el cristianismo y por el islamismo. Para Zarathustra la maldad es un error ante la creación de un ser humano perfecto, puro; un error que debe subsanarse por medio de la “luz” que concede Mithra o su culto (Mithra ya es mencionado anteriormente en la India por los vedas). Pero la religión se dirigía desde donde se controlaba en el poder: En las primeras ciudades sumerias el templo era el gran centro productor de riquezas, las cuales administraban unos sacerdotes supeditados a un líder religioso o “Señor”. Así que, en el origen, religión y explotación fueron sinónimos, desde luego, correspondiendo al más poderoso la condición más divina -a la que había de obedecer- o que por “ley”ante el cual los demás tendrían que ser sumisos. Y los sacerdotes siempre pertenecieron al más alto rango, a la aristocracia o nobleza, “ninguneando” el dolor de los esclavos en pro de una manipulación precisa para que unos vivieran mejor.
Al igual en la religión egipcia, el faraón y sus sacerdotes poseían la bendición segura ante el tribunal de Osiris empero, al resto, se les obligaba a obedecer de una forma u otra: con las abnegaciones o con los sufrimientos necesarios –aunque no reconociendo explícitamente que fueran sufrimientos, porque era… malo, en función de que había que estar contento “hacia fuera” en agradecimiento a los dioses y a los que comían un día sí y otro también por medio de ellos-.

La religión ideó, especuló y garantizó el sistema de privilegios que aún persiste; y, de hecho, tuvo que imponer un “miedo” o represalia tras la muerte para que todos lo consintieran. El que ofrecía el sacrificio a los dioses de seguida, pues, se veneraba. En los vedas lo preparaba el jefe, el padre de familia con la colaboración de un bramin; éste, un sacerdote especializado en la ceremonia del sacrificio, conocía “especialmente” la concepción panteísta del dios Brahma y, así, poseía los secretos de tal ritual al mismo tiempo que concebía perfecto un sistema de castas.
En fin, en el budismo se debía por regla ofrecer también sacrificios a los dioses y obsequios a los sacerdotes, aunque desde la pasividad, desde la no-acción para “no sentir” deseos, desde un estado inmunizado o extrapolado a ciertos sentimientos negativos –o a casi todos- para sentir un supersentimiento positivo y grandioso de paz con una forzada sonrisa eterna ante el nirvana. El budismo, después, mediante la reforma del rey Asoka, permitió el “ilusionismo” dirigiendo al ser humano al ascetismo en el cual, tras ese aislamiento que restringe los deseos mundanos, se alcanza la paz: como una misantropía –y de hecho lo es- psicológica vistiendo o inventado la compasión con sueños o con ilusiones de meditación; es decir, negando -por el bien de todos- el que uno sienta su dolor porque se considerará un error el que lo sienta, ya sea de injusticia o de no tener su divina gracia meditabunda (¡ah!, y la que sienta el dolor de un hijo al parirlo está muy equivocada). Comoquiera que se defienda lo indefendible, el reformador Thong-Kaba en el siglo XIV le remitió- influido por cristianismo- al budismo una jerarquía semejante al monasticismo cristiano; con esto, esa religión redentora –como todas- ya cuenta con la adoración imprescindible a un jefe, a un hilo directo con la eternidad, a un Dalai-Lama y, a su vez, a todos sus rituales de meditación propios de él. Siguiendo con las diversas religiones: Del mismo modo, en Centroamérica, los aztecas –aunque lejanos- también ofrecían sacrificios –humanos- a los dioses en beneficio de una particular condición guerrera de su imperio; y, en Sudamérica, los incas se guiaron por el poder teocrático de los intereses de su inviolable y supremo Inca. En la religión semítica el culto a Moloch en Asiria requería el sacrificio constante de niños y automutilaciones. En Grecia, el sacerdocio era exclusivo de la nobleza lo mismo que en Roma, en donde empezó siendo un privilegio de los patricios. En los celtas, los druidas impartían la justicia, la enseñanza y la curación desde la adivinación y también desde los sacrificios humanos. En China, el confucionismo deificó al Emperador como “Hijo del Cielo” y, el taoísmo, inducía a todos para beneficio imperial a la pasividad –al monasticismo-, a la no-acción, ya que la acción debería corresponder a los duendes y a los “genios” de la naturaleza.
Así que las clases sociales siempre se originaron por los tejemanejes de la religión (3), pero ésta manipuló el dolor y la insatisfacción –negándola- de los que la aguantaban y les aguantaban las injusticias: recurriendo a unos eficaces estados de positividad que siempre celebraba la resignación o el no hacer nada frente al poder.

La manipulación psicológica de los sentimientos, sin duda, ha constituido la verdadera base o apoyo de los que se pasaban la vida aconsejando mientras que ellos se reservaban muy bien sus privilegios u honores sociales; y consistía, bien, en inculcar que los otros sufrían por sus propios errores -ellos no tenían errores-, o sea, que ya en adelante no fueran tontos y se adentraran en la buena conducta que ellos les predeterminaban exterminando sentimientos o reconocimiento de hechos. Lo importante, según los ascetas –y según algunos oportunistas psicólogos modernos- es que sigan unos consejos, que vayan para acá o para allá y, claro, con positividad –que significa sentir lo que ellos quieren censurando a quienes les digan lo contrario al margen de ese positivismo de nosequé-. Bueno, otras veces se habla de un equilibrio con la prohibición de sentimientos a unos sí y a otros no, según convenga o según la moda; otras veces de un equilibrio exacto al de la naturaleza –que no puede existir, no, en cuanto que el ser humano conlleva intencionalidad ya sea con una religión o con otra, ya sea con una psicología o con otra, o con una cabeza o con otra-. Pero, ¡ah!, el ser humano es diferencia y reconocerlo como tal, individualmente, es reconocer al momento que depara su diferencia y la imprescindible autodirección de sus propios sentimientos, de su vida.

En definitiva, la religión ha manipulado con el conformismo el inconformismo que implicaba –en responsabilidad- sus errores, ha jugado con los sentimientos humanos para conseguir, tras tantas guerras que ha provocado, que aún no sean –de hecho- “todos” considerados como personas con los mismos derechos. Mientras se han muerto de hambre en algún lugar del planeta se les ha llevado imprescindiblemente religión, pero nunca se les ha llevado “por una vez por todas justicia” –eso no les produce tanto negocio o relevancia de poder-. Cuando con constancia se multiplican las injusticias dan y darán publicidad a sus actos de bondad –sin embargo, de millones que se hicieron a través de la historia nadie los negoció así- y, al final, el fondo, el objetivo fondo es el mismo, pero descubierto ya un buen protocolo de “lavado de conciencia” que se sabe y se sabrá muy bien vender. Además es necesario señalar que el inmovilismo impuesto por la religión ha sido la principal causa para que la mujer no haya progresado en igualdad de derechos con respecto al hombre. (1) De forma especial con las manos; ya que las usaba sobremanera y, con ellas, los instrumentos desarrollaban “per se”, para él, todo un lenguaje simbólico de poder o de seguridad. (2) El lenguaje es compartido o ayuda a que se supere la inteligencia por “simbiosis” o entre todos los que la comparten. (3) Los fariseos vivían separados de los impuros o se permitió en la India que unos seres humanos, los parias, prescindieran de una consideración humana, como se hizo con cualquier esclavo durante toda la historia.


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Saturday, April 02, 2005

[POEMAS] CIUDAD DE LOCURA 14

Por El Seis (Jalisco, MÉXICO)

El aire de mi ciudad
son bocanadas
de larvas negras
y viscosas

El aspecto de mi ciudad
es un arcoiris imaginario
que cubre los
colores pálidos
grisáceos
y negros


Los hombres de mi
ciudad
son seres desollados
que caminan autómatas
hacia el despeñadero
más cercano

Los rostros de las mujeres
de mi ciudad
tienen bruñidos
tótems y símbolos
lágrimas milenarias
!ah¡... y una tristeza
lapidaria

Los cuerpos de las
prostitutas de mi ciudad
tienen tatuado
en su hermosa epidermis
todo el dolor del mundo
que extirpan a sus
tristísimos clientes

Las nubes de mi ciudad
son extrañas y caprichosas
en todas sus formas
sólo se ven demonios
lujuriosos
látigos ardientes
en las espaldas
de los hombres
y uno que otro
ángel degollado

Baco es el dios más venerado
en mi ciudad
en procesión de
"estruendoso silencio"
los fervientes devotos
cual seres dopados
llenan de alcohol
sus abismales gargantas
esperando quizá
que una sola gota
del éxtasis divino
les bañe el alma
y desaparezca la nostalgia
y la pena

Las calles de mi ciudad
son los intestinos
de algún antiguo demonio
donde los transeúntes
como orates
buscan sus respectivas
cajas de electrochoques


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[CUENTOS] DIOSA TERRENA

Por El Seis (Jalisco, MEXICO)

Ella era bella, esbelta, de ojos color violeta; pero se sentía una “cosa viviente”. Sus admiradores (tenía muchos), antes de mirar su exquisito trasero; la consideraban un “objeto”, algo así, como un árbol frondoso, pero ardiente, lleno de lava. Era dueña de unas largas, y bien torneadas piernas blancas; que al caminar arrancaban suspiros de los existentes. Cuando movía sus caderas, era un vaivén de locura; parecía que se regocijaba el universo. Sabedora de ese poder que otorga la naturaleza a ciertas personas; se sentía un puñado de carne hecha para el amor. Era el placer mismo. La muchedumbre le rendía pleitesía a la dama del ensueño. Las mujeres citadinas la miraban con envidia, y una rara admiración. Pero, Cliceria, así se llamaba la preciosa; se sentía vacía, sola, temblorosa, llena de pánico,... una cosa. Odiaba las lides del amor/ Detestaba ser penetrada/ No le interesaba ser el blanco de las miradas ardientes/ No le gustaba posar sus labios en otros locos de amor/ Le disgustaba los vulgares y elegantes piropos/ A ella, Cliceria, sólo le gustaba mirarse en el “espejo azul”, de su recámara; abrir la ventana, y sentirse una “cosa viviente”, palpitante de tanto ser...


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Friday, April 01, 2005

[CUENTOS] LA PSICOLOGA

Por EL SEIS (Jalisco/MEXICO)

No hay nada mejor en esta vida que una bella dama.

Cuando la conocí, ella me consideraba un loco; hasta un “ser enfermizo”, depravado. Siempre me miraba con sus reservas, y en ningún momento, profundizaba su vista sobre mis ojos de muerto. Me huía frecuentemente, argumentando, cualquier razón o sin razón; decía: debo buscar los silencios escalofriantes del universo. Estoy buscando el principio intrínseco de la vida. El poder del universo me aplasta y aniquila, cual una hormiga ebria. Se me quedaba observando con mucha precaución y hasta cierto miedo. Yo, para ella, era sólo un poeta demente, iracundo y discípulo consumado de Dionisios. Suenan las campanas sus lamentos/Mientras los fieles enlutados se encaminan cual robots, hacia su creador/Los reverendos del metal esperan sus ovejas mecánicas, para aceitar sus cerebros/Alabado sea el Hierro/Bendita la maquina/Aleluya al aceite automotriz/Levantemos la batería al Señor del concreto/.

Ella, era la perfección de mujer. De piernas largas y bien torneadas. Ojos como cavernas obscuras y silenciosas. Sus caderas eran el movimiento mismo. Tenía un lunar pequeño en la mejilla izquierda, que la hacía verse más encamable. Estudiaba creo... Psicología, en la Universidad del Estado. Era introvertida, y un poco “altanera”, bueno... eso decían sus condiscípulos. Los ecos de Freud, taladran las consciencias/Mientras los hombres como autómatas se dirigen al pabellón de la locura/Sueñan los seres en símbolos dispersos y complicados, mientras el subconsciente se carcajea/Los dolores antiguos aparecen entre las nubes del pensamiento, y encadenan a los “sujetos urbanos”, y estos, con algunos “venenos espirituales”, alejan de sí, la cascada del sufrimiento.

Nunca el “destino” nos unió, ni las probabilidades nos acercaron jamás. Fue un día lluvioso, cuando me dije: voy por esa mujer de pelo ensortijado. Llegué en cuasi estado de ebriedad, más una píldora de esas que nos hacen olvidar que existimos, me dirigí a ella, la belleza. Me gusta tu lunar obsceno, creo que le dije. No me contestó, sólo se me quedo mirando. No me palpitaba el corazón, porque, creo que no tengo; sólo se escuchaba el sonido de una maquina recién prendida. Yo no era la perfección estándar del hombre guapo; más bien mi atractivo era mi mirada de “locura, de demencia”. Eres muy especial, y bellísimo, exclamó en tono sereno la dama. Mis ojos eran antorchas en la madrugada/Mis manos ramas de algún árbol, donde corre la savia, como una maldición/Y mi rostro era el terror mismo/Afuera, allá donde se termina lo posible, una luz azul, me envolvía con su tristísima belleza/Era el hombre más perfecto...

Te amo, me dijo. Yo no contesté nada. Sólo nos encaminamos por las calles torcidas de la ciudad, buscando un lugar privado, donde tocarnos el cuerpo, donde fundirnos en uno, donde pertenecernos, donde ser la unidad, donde... copular todo el día. Queríamos alejar el sentimiento de “angustia universal”, “aniquilar la soledad”, “dejar de temblar ante las vicisitudes del vivir”.

¿Crees qué el sexo nos espante los demonios?

No lo sé.

¿Me quieres?

No lo sé.

La vida, y todo lo que ésta implica se carcajeaba.



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[ENSAYOS] ELEMENTOS DE REFERENCIA

por José Repiso Moyano

Se confunde la verdad abstracta -la que aún no conocemos- con la verdad concreta, la que viene determinada por hechos; por consiguiente, cada hecho concreto es una verdad en sí misma y, además, es un apoyo -un punto de referencia- para una coherencia, para unificar verdades
con un contenido que revalide una interrelación real de tales verdades o hechos concretos.


La coherencia es una dilucidación de un suceso, de un fenómeno; y con la cual se "descartan", se eliminan los efectos que no le son propios. Así, a cada suceso le concierne un tipo de verdades y no otras; o dicho más claramente, le concierne unos puntos de referencia obligados para
conseguir una objetividad, para no atribuirle elementos no reales, para reconocerlo y no negarlo como realidad.

Por lo tanto, esos puntos de referencia recurridos -principios o hechos concretos- son absolutos o, si no, negarán la realidad; porque son los que la sustentan, porque son los que la componen, porque son los que atestiguan de que existe, de que es.

Ahora bien, en nuestra acción social cargada de emociones, de atavismos y de intereses morales utilizamos puntos o elementos de referencia estrictamente subjetivos; es decir que cada uno los entiende de una manera, aunque sin duda sí prevalezca cierta convergencia común. De seguida, cuando nos comunicamos, nuestras opiniones pueden estar contextualizadas con unos u otros elementos, a merced de una capacidad por discernirlos o no, en cuanto se opte por una expresión objetiva o lo más próxima a la objetividad -si se utilizan también elementos
subjetivos- o sólo personal.

Pero lo más importante es el darse cuenta de que por encima de las opiniones están los hechos, ahí, ofrecidos ya, dados; que son existencias y que son insustituibles por nuestras opiniones.
No es cierto que el concepto no conozca o no pueda conocer la realidad; porque el concepto ha nacido dentro de la realidad -y no fuera-, consecuente a ella coherentemente o no. El concepto "árbol" habla de un árbol y no de una estrella, se dirige directamente a su transfondo y no asume o permite "que le metan gato por liebre"; ese concepto señala -reconoce- un objetivo, señala un hecho, y está sin remedio subordinado a lo que es o está enriquecido o corroborado por lo que es.

Con el lenguaje usamos siempre unos elementos de referencia objetivos; pero, frecuentemente, podemos menospreciarlos en beneficio de un interés emocional -los animales no lo hacen tanto-.
Terminando, comunicamos -decimos- no los elementos de la nada, sino los elementos de la realidad; sin embargo, esos elementos podemos conectarlos erróneamente -lo que es verificable-, extralimitándonos de lo real para, así, negarnos también erróneamente como elementos suyos, confundiéndonos tal cual vez o deformando la realidad.


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[ENSAYOS] LOS CRITERIOS

Por José Repiso Moyano

No existen criterios relativos, porque los criterios ya por existir son absolutos y, además, los criterios siempre tienen una verdad emocional absolutamente, innegable; pero, a veces ésta es añadidura a la verdad objetiva que alcanzan, que descubren si son en realidad unos criterios objetivos y no subjetivos.


Así que no existe un valor relativo -no hay demostrado todavía alguno-, sino subjetivo. La esperanza, la tranquilidad no son valores relativos, porque ya siempre han sido y son valores subjetivos; pero, en claridad, no pueden ser relativos porque no pueden dejar nunca -ni por intenciones- de ser absolutos en la inherencia del ser humano.

Por lo tanto, si no pueden ser restringidos, negados de la realidad, no pueden ser sino absolutos en/con la realidad. Esto lo entiende hasta un niño, y está muy claro. No puede un ser humano vacilante negarlos de la realidad, a no ser que sea necio o no quiera saber ni lo que dice; también por un interés alguno se comprueba que manipula utilizando la mayor confusión posible.

Por otra parte,siempre se pueden cuestionar muchos decires, pero no la realidad; aunque cuestionar la verdad, la misma realidad, habitualmente ha sido el fácil recurso para los que no saben o no pueden rebatir algo. Y recurren al capricho, al digo porque lo digo, al tonteo, a la falacia en suma.

Ninguna verdad es cuestionable, lo que se cuestiona es lo que otros dicen de la verdad, de ella emocionalmente o erróneamente; es decir a esos que se han pasado de fantasía, que no la han hallado realmente, coherentemente, o que la disfrazan para un interés propio... manipulándola.

Sí, la verdad se busca por cuestiones; pero no se cuestiona la verdad, el hecho real. Por ejemplo, si un cirujano trasplanta con eficacia un corazón, lo ha hecho y es incuestionable: el resultado, el hecho.

Sí, se puede cuestionar el resultado éticamente, religiosamente, políticamente; pero el hecho en sí mismo no. Por ejemplo, si un niño no come se morirá de hambre; y ya al hecho se le puede cuestionar los motivos desde responsabilidades individuales, ambientales o sociales, pero el hecho en sí mismo como verdad o como realidad es incuestionable, existe.

O sea, aunque Arquímedes no hubiera encontrado o advertido las fuerzas que actúan en la palanca, esas verdades estarían por encontrarse; por lo que la realidad se conoce o no, se reconoce o no -es eso lo que se ha de cuestionar y no la palanca en sí como realidad.


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[CUENTOS] MUJER FATAL

Por Shirko Gil (Pontevedra/ESPAÑA)

La vi postrada en su tarima, sin fuerzas para atreverse a subir a ella, mirando a lo alto pero, apoyada en fin, en el deseo de un día poder llegar a subir ella sola, sin necesidad, sin ayuda. Miraba con orgullo hacia tal tarima, mientras un proyector proyectaba hacia una blanca pared. Pero estaba ella, ahí desafiante, impidiéndole el paso a la mismísima luz, postrada en una tarima sin necesidad de estar en ella, la cumbre era demasiado fría para su sangre caliente y allí el aire de sus pulmones viciados se helaría y enclaustraría su corazón.

La miré y me reí hacia ella, joven solitaria acompañada de su fiel escudera, las dos armadas de adornos coloridos hasta las orejas, en contraste con el negro de sus ropas. Las dos hablando, preguntándose acaso ¿y quién es ese?. Mirada fría, fuerte, penetrante me atropellaba sobre un suelo lleno de pisadas, y no podía dejar de mirarla, allí, pasmando ante mí y preguntando con el gesto que es lo que yo hacía. Desafiante la mirada, ¿qué es lo que pretendía?
Se acercó a mi amiga y mi amiga y me dijo, decir se queda corto, clavando sus ojos en los míos su tono sonó a aviso: -¿Qué coño os pasa?, ¿qué queréis?, ¿bronca? ¿Os parezco graciosa?, ¿tengo monos en la cara?... No, pensé, mono de amor como mucho, tus ojos desquiciados no denotan mono de ningún otro tipo que no hayas solucionado ya. Querer, querer, en un saco roto todo se puede llegar perder. Introduciendo tu querer demasiado fuerte presionaste el saco hasta que se rompió, perdiste el conocimiento de la realidad y te estampaste con tus pertenencias contra el suelo mojado de una arrugada tarima en un viejo pub.

Increpó a mi amiga, increpó mis intenciones, increpó su vida en un rincón sin más esperanzas que esperar, huída de lo inevitable, irreprochable resentimiento, ¿dónde estaba tu feliz sonrisa en una noche de alcohol?, ¿por qué un día de jolgorio se trastoca cada sábado en una excusa para armar bronca?
-Con mi gente no se mete nadie, porque voy a llamar a los míos y conozco mucha gente, vais a tener problemas, tú y tu novio... Pero como le dices eso a mi amiga, no soy su novio, por supuesto sí su amigo, pero es que aunque fuera algo más que eso el arrebato de tus impulsos me empujaría hasta ti y ya nunca más su amigo podría llegar a ser, y ¿qué hacer?

Seguía defendiendo lo suyo y a los suyos hasta la saciedad, pero yo, mudo, no podía decir nada, y aunque lo dijera sus oídos sordos en la noche no podían ser sensibles ya a la grave voz de un compañero de intrigas. Lo suyo se perdía en el horizonte de aquel bar, dictando nombres que no podía recordar, recortando trozos de su vida pegados ahora a la portería de un pub de ambiente, capaces de recibir título de suyos, defenderla hasta el final sería su quehacer por lo que ella decía y sentía, ilusa ilusión ilusionante. Todo su odio golpeaba con fuerza ante nosotros, su boca y saliva eran un maremoto que chocaba contra la costa a costa de las pocas fuerzas que le pudieran quedar.

Hablaba, habla y no podrá parar. Segundo tras otro trataba de demostrar que la vida no le había puesto las cosas fáciles y aún así había sobrevivido. Sus ojos eran confusos e inconfundibles, sin color en la oscuridad de aquel local, no pudiendo imaginarme y menos ver, mucho menos ver, el color de aquella fiera dispuesta a todo con tal de demostrar su valía.

Pero nena, ¡que valía pretendes demostrar cuando la simple plasmación de tu imagen en mi retina ya había valido más que toda aquella noche junta! ¿Quieres mostrarme el monstruo que no eres pretendiendo ocultar la niña que llevas dentro? Quieres ser mujer para seducir , quieres ser bestia para imponer, quieres ser mala para no volver a perder. Pero la tomas con mi amiga siendo yo el culpable.
Después de un rato sin poder contener las lavas de aquel volcán penetrando por mis oídos y solidificándose en mi mente, la paré y le dije lo que sentí y no:
-Perdona, no queríamos que te pusieras así, no era mi objetivo hacerte daño. Negaba esto último con razón, pero dudaba lo primero con resignación.
Se puso así , se puso irascible, se puso eléctrica, se puso firme y yo quedé impresionado. Los naufragios de la vida no la habían solapado, agarrada a su sola fuerza salía a flote, una vez más su valía, enfrentándose a lo Don Quijote contra los molinos que le molestaban en su tierra, local oscuro de antiguas sonatas.

Al final paró, hizo fiel eso de que después de la tempestad la calma siempre llega, y sin querer escucharme dio la vuelta y abandonó, prosiguió su camino y con su gesto seguro y firme nos mostró que ella seguiría siendo la dueña de sí misma, y que los pardillos como nosotros no nos íbamos a reír de ella.
Detrás de ella pisé, y pude notar que no sólo detrás de los grandes conquistadores no crece la hierba , sino que detrás de ella dudo mucho que pudiera crecer otra cosa que no fuera su olor embriagador a alcohol y tabaco. Frenó en su tarima, se giró y se apoyó de nuevo en el trono y hablando por su móvil me encontró a mi, sucia molestia.

Su escudera pronto entró al trapo y me frenó, ¿qué quieres?, pues. Sólo decir gracias, gracias por mostrarme la fuerza con que afrontarlo. Gracias por mostrarme que detrás de aquella aparente débil figura se encontraba toda una guerrera que no pararía ante nadie ni nada.

Mi sonrisa fue razón de su enfado, mi incierta falsa felicidad motivo de sus iras y con su rabia desgarradora me había venido a amenazar, avisándome de que como siguiera así ella me haría acabar mal. Me daba con sus amenazas fuerza, empujaba su furia a mi indiferencia y rompía los esquemas, moldes de una resbaladiza felicidad, ira de la vida que me daba por lo menos un motivo por el que salir adelante. Y no había ella pasada, sólo ella.

Seguimos diez minutos más en el local, después de firmar la amnistía, pero sus ojos seguían sobre mi, y un monte de humareda y caretos cansados no eran freno para su pensamiento. Mirándola una vez más vi el color incoloro de sus ojos, marchando acaloradamente de la gravedad de su atracción, firme ella, mi enemiga o mi bastión.
Resbala el alcohol en los cristales de las barra, las risas se confunden con el llanto y una noche más se repiten rituales de apareamiento en los que el impulso de la mente deja paso al desbarajuste hormonal y se pierden en la saliva de cualquier extraño.

Pisaba con fuerza y miraba a mi alrededor. El suelo pegajoso me impedía levantar con soltura mis zapatos y me quedaba preso en su fango mientras sentía que la felina mirada apuntaba a mi espalda. A cada paso que daba más me costaba despegarme de ella, a cada movimiento mi mirada perdía fuerza, el ruido se desvanecía y la nada se habría camino entre las gentes.
Empujones forzados y no fingidos, pequeños cortos temporales para que el vividor de turno te dejara pasar sin que saltaran en él también las iras. Paso a paso, la puerta, la entrada o el final de la travesía con la mujer herida.


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[CUENTOS] TODOS LOS JUEVES

TODOS LOS JUEVES
Por Gustavo Obando Castillo (Lima, PERÚ)

Todos los jueves me pierdo con una sonrisa entre los sonidos nostálgicos de Radio Head y olvido temporalmente langue para que ni por un desafortunadísimo error se produzca parole, en una esquina del taller de Natalia; y así, no interrumpir sus trazos de autobiografía emocional sobre el lienzo. En esos momentos desaparece el pensamiento lingüístico quedando sólo las sensaciones. Me encanta, la quiero muchísimo, la amo cuando pinta porque sé que nunca estará más desnuda.


Todos los jueves me vuelvo parte de ese taller. Ella sabe que estoy allí, pero no le importa. He llegado a un nivel en el que pareciera que estoy como ausente. Mas, en realidad, me confundo en el ambiente embriagadoramente melancólico. Me encuentro en todos los lados: rodeándola de pies a cabeza, siguiendo sus danzantes movimientos, entrando en ella cada vez más a cada inspiración. Y que cálido se siente...

Al término del día ordena sus materiales para el jueves siguiente. Los otros días debe trabajar en la docencia y en el diseño gráfico para pagar sus gastos. Los otros días disminuyen su brillo. Se desviste para bañarse y me pide le talle la espalda. Es un momento muy íntimo, sin embargo, la amo más cuando pinta porque sé que nunca estará más desnuda.


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[CUENTOS] COLECCIONISTA DE NARICES

Por Gustavo Obando Castillo (Lima, PERÚ)

Desde hace algunos años me considero un coleccionista de narices reales e imaginarias. Y créanme que son más difíciles de coleccionar las reales porque sólo puedo guardar un registro fotográfico memorístico; el cual, con el transcurso de aquella abstracción traidora generalmente lineal que utilizamos para medir la duración de las cosas, se ve alterado por la selectividad, también traidora, de la memoria.
En cambio, las narices imaginarias (quizá no para sus autores) que colecciono, provienen del arte plástico y literario; por lo tanto, una renovación del registro en estos casos es mas fácil a diferencia de las narices reales, puesto que difícilmente se podrá recurrir constantemente a la fuente de la que se extrajo el padrón. Sin embargo, no todo esta perdido. Una naricita puede inmortalizarse en los recuerdos plasmándola en una imagen (que si no es fotografía, pierde objetividad). Esa fue mi solución, con pérdida de objetividad incluída, con esta naricita a la que nunca tuve corazón para arrancar del perfil. Y esa mirada...


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Thursday, May 06, 2004

[PARTICIPAR EN TRÁNSITO]

"Tránsito", inicialmente alojada en www.geocities.com/revistatransito, fue publicada en el año 2000. Las labores cotidianas y falta de tiempo, hicieron que el proyecto se detuviese. Sin embargo, debido a la alta acogida que la revista tuvo a nivel internacional se decidió reflotar el sitio web, dándole un matiz más dinámico. Si deseas participar con algún texto, sólo debes enviarlo a esta página web considerando lo siguiente:

  • El texto no debe presentar errores ortográficos graves.

  • Debe indicarse la autoría y algunos datos biográficos que desee dar a conocer. Si se desea utilizar
    un seudónimo, puede hacerse. Al momento de publicarse se colocará el seudónimo.

  • El texto no debe haber sido publicado en ningún formato, ya que esta página está dedicada a la difusión
    de escritores aún no conocidos.
Anualmente, los textos que tengan una mayor votación serán compilados en un libro electrónico que será distribuido en forma gratuita por la red con la intención de difundir la obra de los colaboradores de la página. Ninguno de los autores tendrá que realizar pago alguno por esto y tampoco recibirá alguna bonificación.

Si deseas publicar algún texto en nuestra Web y no participar de la publicación anual, especifíquelo al momento de enviarnos su texto.

David Sánchez / Gustavo Obando


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